MAREMÁGNUM 73
Por Ricardo Castillo Barrientos
Los acapulqueños hemos sido omisos y tolerantes de la
problemática latente que atrofia la vida pública del puerto y de la decadente
imagen turística que proyectamos frente a las potenciales y asiduas corrientes
de visitantes.
El crecimiento anárquico del puerto y sus implicaciones se
han tornado en situaciones caóticas, que se manifiestan cotidianamente en
deficiencias de servicios públicos, inseguridad pública, contaminación
ambiental y de las aguas marinas, desorden vial y del transporte público, por
solo mencionar algunos.
Por esas razones y otras, seguimos pasmados ante decisiones
gubernamentales unilaterales tomadas desde los escritorios en la Ciudad de
México, como el caso de la nueva concesión otorgada por el gobierno federal
sobre la Zona Federal Marítima Terrestre. Nuevamente nos vuelve a despojar de
una parte importante de nuestro territorio para otorgarse a una empresa
público-privada y sea administrada durante ¡50 AÑOS!, sin la menor intención
que lo evitarán las autoridades locales y la propia sociedad porteña, que ha
sus espaldas se ha consumado semejante despojo.
Han sido pocas las voces que se han expresado en diferentes
momentos y épocas de manera acertada, como Kay Mendieta; Vivian Heredia, Anahí
Gatica y Ramiro Solorio Almazán, cuyos esfuerzos titánicos han resultado vanos
y no han fructificado por la indiferencia casi generalizada y la falta de
sensibilidad social de los tres niveles de gobierno.
Diversos destinos turísticos del país y allende las
fronteras, tienen entre sus principales atractivos, malecones bellísimos que
son de fiesta y algarabía, y sitios de reuniones obligadas para propios y
extraños; cuando Acapulco podría tener y disfrutar de algo similar, que nos
muestre con un rostro renovado y moderno.
En tales condiciones se podría realizar un proyecto de gran
magnitud, que contemple desde playa Honda hasta la estatua de “Narciso”, en la
playa de Las Hamacas. Correría por la playa Manzanillo, el Paseo del Pescador
uniéndose con la playa Tlacopanocha, a través de la zona de mar de la Rotonda
de los Hombres Ilustres, que luce sucio, olvidado y convertido en refugio de
enfermos mentales y adictos.
El proyecto continuaría con una remodelación total del
Malecón con una serie de fascinantes atractivos, incluyendo la recuperación de
“El Jardín del Puerto”.
El las instalaciones del ex edificio de estacionamiento de
vehículos de exportación, podrían transformarse en un gran Centro Cultural
Integral de museos, talleres, exposiciones, conferencias y artes digitales,
quedando a salvo la Terminal de Cruceros, para continuar en el “Parque de la
Reyna” y seguir por la zona costera hasta concluir en la playa “Las Hamacas”.
A grandes rasgos se trataría de un gran proyecto turístico
multidimensional y un nuevo producto que ofrecer a los turistas que nos visitan,
además de sol y playa.
Marea Baja.- El atentado a la casa de la alcaldesa
morenista de San Jerónimo, Glafira Meraza Prudente, tiene un ominoso mensaje de
amedrentamiento de algunos de los reconocidos grupos criminales, asentados en
la Costa Grande.
El mensaje no solamente va dirigido a la alcaldesa de
Morena, sino también hacia otros presidentes municipales que pretendan la
reelección y a otros políticos que buscan esa posición política, sin el visto
bueno de estas fuerzas fácticas, que han asumido el control de la región,
principalmente la Familia Michoacana.
Marea Alta.- Como siempre sucede y todavía no se aprende la
lección, los huracanes por su propia naturaleza causan estragos devastadores
con infinidad de daños incuantificables y “Otis”, no sería la excepción.
Los notables esfuerzos de los cuerpos de las fuerzas
armadas nunca serán suficientes, sino se cuenta con la plena conciencia de la
población de no asentarse a vivir en zonas de alto riesgo e inundables, porque
estas áreas son las de mayor peligro.
Los refugios y albergues temporales deben ocuparse
preventivamente, antes que las familias más desprotegidas sufran graves
afectaciones y las autoridades siempre prestas para brindar auxilio oportuno
durante el periodo de la emergencia. Esperemos no se hayan producido mayores
inclemencias del mal tiempo.
Maremoto.- La masacre de policías en El Papayo, Coyuca de
Benítez, es un hecho que además de lamentable es condenable, por quitar la vida
a estos servidores públicos y sobre todo, seres humanos, que dejan en el
desamparo a sus familias.
Los sucesos criminales están imparables y al orden del día,
sin que haya poder humano que pueda frenarlos, debido al empoderamiento de
organizaciones criminales que siguen haciendo de las suyas y ganando más
territorios.
Ha quedado al descubierto la inoperancia de la estrategia
de seguridad pública “Abrazos, no balazos”, porque no ha cumplido su cometido,
cuyos resultados son exiguos o nulos y cada día afecta a más familias
mexicanas.
Cada vez resulta más peligrosa la profesión policíaca, y
como van las cosas veremos en poco tiempo algunas deserciones o retiro de estos
elementos, que preferirán la paz y tranquilidad en sus hogares, que seguir
expuestos a la irrefrenable violencia delincuencial.
PD: Esta columna fue escrita el 25 de octubre de 2023,
horas antes que desatara su furia el huracán “Otis”, dando prioridad al tema
del meteoro. Por no perder actualidad se publica en esta fecha.