Un activista de derechos humanos preso en Bielorrusia, Ales Bialiatski, y las organizaciones Memorial y Centro por las Libertades Civiles, que defienden derechos civiles en Rusia y Ucrania, respectivamente, ganaron el Premio Nobel de la Paz 2022, anunció este viernes 7 la entidad que los otorga.
Los tres ganadores de la sociedad civil “han promovido durante muchos años el derecho a criticar el poder y proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos”, dijo la presidenta del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andresen, al anunciar los premios en esta capital.
“Han realizado un esfuerzo extraordinario para documentar los crímenes de guerra, los abusos de los derechos humanos y el abuso de poder. Juntos demuestran la importancia de la sociedad civil para la paz y la democracia”, agregó.
Apenas conocido el anuncio, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, expresó que “el reconocimiento de este año destaca el poder de la sociedad civil para promover la paz”.
“Los grupos de la sociedad civil son el oxígeno de la democracia y los catalizadores de la paz, el progreso social y el crecimiento económico. Ayudan a que los gobiernos rindan cuentas y llevan las voces de los vulnerables a los pasillos del poder”, dijo Guterres.
Bialiatski, de 60 años, director del centro de derechos humanos Viasná (Primavera), fue encarcelado entre 2011 y 2014 por el apoyo de su organización a la disidencia, y nuevamente en julio de 2021, como resultado del movimiento de protesta masivo contra la disputada reelección del líder bielorruso Alexander Lukashenko.
Convertido en uno de los más de 1300 presos políticos en las cárceles de Bielorrusia, y “a pesar de sus tremendas dificultades personales”, Bialiatski “no ha cedido un centímetro en su lucha por los derechos humanos y la democracia”, destacó la declaración del Comité.
Memorial es una de las organizaciones de derechos humanos más antiguas de Rusia, fundada por el ganador del Nobel de la Paz en 1975, el físico nuclear Andrei Sajarov (1921-1989), activista contra la carrera armamentística.
La organización documenta la situación de los presos políticos en Rusia y ha estado al frente de los esfuerzos para combatir el militarismo y promover los derechos humanos y un gobierno basado en el estado de derecho, destacó el Comité.
Memorial fue catalogada por el poder ruso como un “agente extranjero”, y en diciembre de 2021 las autoridades decidieron cerrar definitivamente su centro de documentación y demás sedes, aunque sus activistas siguen trabajando y “nadie planea darse por vencido”, según dijo su presidente, Yan Rachinsky.
En Ucrania, desde la invasión rusa del 24 de febrero, el Centro para las Libertades Civiles comenzó a documentar los abusos contra los derechos humanos cometidos por las fuerzas rusas y sus aliados, tras exponer los abusos contra esos derechos en la península de Crimea, ocupada por Rusia desde 2014.
El Centro se fundó en Kiev en 2007 para fortalecer la sociedad civil ucraniana y presionar a las autoridades para hacer de Ucrania una democracia de pleno derecho, por lo que defiende que su país se adhiera a la Corte Penal Internacional.
Al otorgar el premio a los tres laureados, el Comité “desea honrar a tres destacados campeones de los derechos humanos, la democracia y la coexistencia pacífica en los países vecinos Bielorrusia, Rusia y Ucrania”, indicó la declaración.
“A través de sus constantes esfuerzos a favor de los valores humanistas, el antimilitarismo y los principios del derecho, los laureados de este año han revitalizado y honrado la visión de paz y fraternidad entre las naciones de Alfred Nobel (1833-1896), una visión muy necesaria en el mundo de hoy”, concluyó.
Para la edición 2022 del Nobel de la Paz se presentaron 342 candidaturas (251 personas y 92 organizaciones), y entre los favoritos figuraron el pueblo ucraniano, su presidente Volodímir Zelenski y el periódico digital The Kyiv Independent.
El premio, remunerado con nueve millones de coronas suecas (804 000 dólares) es decidido por un comité de cinco personas designado por el parlamento noruego, y se entrega en la alcaldía de Oslo el 10 de diciembre, el mismo día en que los laureados del año en otras categorías reciben el Nobel en Estocolmo.