Por Roberto Camps
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Sí hay avances en materia de paridad, ya nadie lo duda: la composición de las cámaras en el Congreso de la Unión, los congresos locales, alcaldías y gubernaturas. Y no sólo por acciones afirmativas, sino a fuerza de votos, el sexo femenino arriba al poder de manera legítima.
En Guerrero, por primera vez una mujer asume la conducción del gobierno estatal, Evelyn Salgado a casi un año de asumir la responsabilidad, conduce la nave en condiciones adversas: con recortes presupuestales del gobierno federal que limitan su capacidad operativa, con una delicada situación de inseguridad y con el azote de los fenómenos naturales.
Guerrero es complejo, en estos meses la gobernabilidad se ha visto amenazada por el reto de grupos fácticos, de grupos de autodefensa, y la movilización con reclamos justificados o no de grupos sociales.
Pese a ello la gobernadora ha mostrado ser prudente, conduce su gestión sin aspavientos, sin manotazos en la mesa, actitud que le permitido llevar la fiesta en paz.
La gobernadora tuvo desde su arribo un Congreso que en el primer año fue más una piedra en el zapato, por la mala conducción de un representante del género masculino… Que repitió una y otra vez la costumbre del agandalle, al voluntarismo… Y casi todo le salió mal… Hasta que llegó una mujer: Yoloczin Domínguez, quien en pocos días ha reencauzado a la 63 Legislatura.
A la Fiscalía General del Estado también arribó una mujer, la maestra Sandra Luz Valdovinos Salmerón, quien pese a que mantiene un bajo perfil en medios, se echó sobre los hombros la tarea de depurar la institución, con escasos recursos presupuestales, y no sin encontrar y sortear oposición a las medidad que impulsa al interior de la institución. La disciplina y los cambios, así sean para mejorar, suscitan resistencias.
El proceso electoral de 2021 rompió el mito de que los hombres no votan por las mujeres, la elección de 2024, muy probablemente se resolverá con candidatas mujeres. En esa ruta, la gobernadora de Guerrero hace causa común con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Scheimbaum, quien busca ser la primera presidenta de la República.
El apoyo de Evelyn Salgado a su par es comprensible: en parte por sororidad, por afinidad al proyecto lopezobradorista, porque a Guerrero le conviene que no perturbe la relación con el Presidente (que impulsa a Scheimbaum), y tal vez porque las estrellas están alineadas con el ascenso de las mujeres al poder.
Por supuesto que no ha sido fácil ocupar posiciones de poder, en momentos en que la política ha sido dominada por los hombres. Yo recuerdo la rudeza con que se trató a Beatriz Mojica Morga en su campaña por el Senado. La violencia política estuvo presente, instigada por la campaña de enfrente, fue vilipendiada por su condición de mujer, aparecieron pintas para ligarla con la desaparición de Los 43, y al final, los tribunales se negaron a sancionar estas conductas.
Por eso, no basta que el texto constitucional plasme el derecho a la paridad, para pasar del derecho a los hechos hace falta vencer resistencias, discriminación y violencia política de género.
La lucha de las mujeres no ha concluido, el camino es sinuoso: la paridad de género no ha llegado a los cargos en el gobierno, ni al el poder Judicial, ni se les reconoce la paridad salarial.
Y ss una paradoja que siendo las mujeres la mitad del país, sean excluidas de los espacios donde se toman las decisiones.
También es necesario que las candidaturas a mujeres se dejen de entregarse como cuota de grupos, u otras razones menos decorosas, y se otorguen por méritos personales y trabajo político.
Que se abra paso a las nuevas generaciones, el reciclaje que hasta ahora se observa, más bien parece resistencia al cambio.
Finalmente: ante el descrédito que sufre una clase política dominada por los hombres, es importante observar los nuevos estilos de las mujeres en el poder, así como sus resultados.
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